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En cada etapa de la vida el ser humano experimenta una serie de cambios que afectan su forma de vivir, pensar y actuar, siendo pocos los que realmente se preocupan por la vejez, pensando que jamás llegaran a esa etapa tan especial de la vida. En Guatemala, la mayoría de los adultos mayores son olvidados y transitan por muchas dificultades que conllevan a una disminución de sus capacidades, aumentando el estrés y la ansiedad, provocando en ocasiones estados depresivos que desafían su entorno biopsicosocial. La depresión puede aparecer de diferentes maneras en los individuos y en el adulto mayor. En el aspecto psicológico cambios en el humor, tristeza, angustia, temores, susceptibilidad, búsqueda de discusión sin ningún motivo, agresividad, pesimismo y en el peor de los casos el suicidio. Los síntomas de depresión pueden verse en el aspecto físico como dolores generales, pérdida de peso, fatiga, alteraciones digestivas y de evacuación intestinal (náuseas, diarrea y estreñimiento), falta de apetito, trastornos en el sueño, alteraciones de las funciones o ritmos corporales. A menudo el paciente habla de una pérdida física de energía o de resistencia, dificultades respiratorias, palpitaciones y sudoración. Los trastornos neurológicos más frecuentes que puede presentar el adulto mayor son: Parkinson, demencia, arteriosclerosis y atrofia muscular. Las causas sociales más frecuentes por las que se deprimen, es por algún suceso que impacta en la vida como por ejemplo la jubilación sin preparación, enfermedades crónicas, pérdidas de seres queridos y duelos no resueltos. |
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