Abstract:
Según el Sistema de Información Gerencial en Salud -SIGSA- del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social, -MSPAS- considerado como la información oficial en salud para Guatemala, del año 2012 al 2019, registra 205,823, casos de conjuntivitis, equivalente a un promedio de 25,727 casos al año, lo que indica que se tiene una incidencia de 71 casos diarios, ocupando el catorceavo lugar de las veinte primeras causas de morbilidad general.
La información anterior evidencia que en la actualidad no se dispone de estadísticas claras, que permitan determinar el microorganismo causal a fin de, establecer la cadena epidemiológica que permita reconocer los eslabones que intervienen en el mecanismo de transmisión de una enfermedad, para identificar donde se puede actuar, aplicando medidas de prevención y control y de esta forma evitar la infección. Los Centros de Atención Optométricos, realizan sus funciones a través de técnicos o profesionales en optometría, quienes son responsable de realizar actividades dirigidas a la detección de los defectos de refracción ocular, a través de utilización de técnicas de reeducación, prevención e higiene visual y a la adaptación, verificación y control de las ayudas ópticas. El profesional optómetra, en el ejercicio de sus funciones, al tener contacto directo con el paciente, tiene un alto grado de exposición al riesgo de adquirir una infección, por lo que es necesario la aplicación de medidas de bioseguridad, para la protección del profesional y el paciente, durante el proceso de atención.