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Las oclusiones retínales venosas son la segunda causa más común de desórdenes vasculares con una prevalencia global de 28.06 millones de sujetos para el año 2015. Estas pueden subclasificarse en oclusión de rama de vena retiniana (ORVR), oclusión de hemivena retiniana (OHVR) y oclusión de vena central de la retina (OVCR), académicamente las OHVR pueden clasificarse como una variante de la ORVR. Las manifestaciones clínicas son causadas por la sobreproducción de factores de crecimiento endotelial vascular (VEGF) en las capas retínales afectadas, así como el cuerpo vítreo. Entre los factores de riesgo principalmente asociados a la aparición de este espectro de daño vascular retinal están: hipertensión sistémica, diabetes mellitus, hiperlipidemia, hiperhomocisteinemia, desordenes de la coagulación, enfermedades sistémicas inflamatorias, glaucoma, longitud axial ocular corta e índice de masa corporal alto principalmente. Entre las principales causas que llevan a la disminución de la agudeza visual (AV) se encuentran: la aparición de edema macular y la isquemia retinal asociada al proceso vascular; el proceso isquémico está altamente asociado a la neovascularización de la retina y del iris, estando asociado a un muy pobre pronóstico visual. El manejo de las OVR es dinámico, entre ellos se ha propuesto fotocoagulación panretinal, fotocoagulación focal en áreas de isquemia, anti angiogénicos y esteroides intravítreos, todos con grados variables de mejoría; en la actualidad el manejo inicial es con el uso de medicamentos anti angiogénicos y los esteroides intravítreos son usados como adyuvantes, así como la fotocoagulación focal. |
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