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La anemia es una de las patologías más comunes que podemos encontrar en la práctica clínica diaria, siendo especialmente frecuente en las personas de edad avanzada. Sin embargo, sólo en los últimos años, debido al envejecimiento de la población, se han realizado estudios para conocer su prevalencia real, así como sus posibles causas y las repercusiones sobre el estado de salud y la esperanza de vida en pacientes de edad avanzada. Utilizando el criterio de la OMS para el diagnóstico de la anemia, se considera en esta condición a las mujeres con concentración de Hb inferior a 12g/dl y a los varones menor a 13 g/dl, aunque, en general en este grupo etario se considera que existe anemia cuando la Hb es inferior o igual a 11g/dl, tanto en el hombre como en la mujer. Se estima que en el mundo hay cerca de 500 millones (7% de la población mundial) de adultos mayores de 65 años y que en el 2030 esta cifra se duplicará alcanzando el billón (12%). En los países desarrollados, la caída de la natalidad con la disminución de la mortalidad está acentuando este fenómeno de envejecimiento con un incremento sustancial de la población octogenaria que constituye el segmento de la población que más está creciendo. Así, por ejemplo, se estima que en EE UU en el 2050 se cuadruplicará este segmento de la población con 21 millones de personas. Por otra parte, aunque diferentes estudios han demostrado la influencia de la anemia sobre la calidad de vida, mortalidad y morbilidad en pacientes de edad avanzada, en el centro de salud de villa nueva no se ha realizado una investigación que nos aclare las siguientes interrogantes: -¿en los adultos mayores la anemia es una consecuencia de su envejecimiento?, ¿se debería tratar la anemia en estos pacientes?, ¿es el mismo tratamiento en todos los pacientes?- Por esta razón se ha realizado un trabajo, en el cual se incluyen pacientes mayores de 65 años, con el objetivo de dar a conocer el tipo de anemia más frecuente, su etiología, las consecuencias de la misma y proponer una guía de nutrición preventiva para nuestra población anciana. Al finalizar este proyecto se concluye que existe una alta prevalencia de anemia en nuestros adultos mayores, siendo más propensos los hombres que las mujeres, además se puede observar que un gran porcentaje de pacientes con anemia relacionados con enfermedades crónicas como Insuficiencia Renal, Cardíaca, Úlcera péptica entre otras; así como también un alto número de anemia secundaria a déficit de hierro y algunos casos en los cuales no fue posible identificar su causa. Finalmente, considero que es importante tomar con más seriedad esta enfermedad en el adulto mayor y no asociarla con el envejecimiento, con el fin de tratarla oportunamente y evitar las consecuencias que ésta pueda ocasionar. |
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