Abstract:
El envejecimiento está asociado no sólo con un deterioro en el estado de salud física de las personas, sino también con un importante aumento de la frecuencia de las enfermedades mentales. Ambos problemas deterioro físico y mental están directamente relacionados con el grado de dependencia de las personas. Tanto la prevalencia de dependencia como la de las enfermedades mentales aumentan de manera importante a partir de los 65 años y son particularmente prevalentes en los mayores de 85 años.
La carga de enfermedades mentales está usualmente subestimada y es un factor importante que debe considerarse al estimar la dependencia de la población, ya que se espera que ésta aumente considerablemente en los próximos años. La Organización Mundial de la Salud estima que existen unos 47 millones da casos de demencia a nivel mundial, y que cada año se registran cerca de 10 millones de nuevos casos. Siendo la enfermedad de Alzheimer la causa más común.
En Guatemala en el año 2,016 conforme las proyecciones del Instituto Nacional de Estadística, basadas en el censo del 2002, aproximadamente 16,548,168 habitantes y de éstos, 4.6 % equivalente a 765,280 son adultos mayores (SEGEPLAN, 2016). De esta cifra se calcula que el 7% podrían padecer algún tipo de demencia, y de esta cantidad, el 90 por ciento se diagnostica tarde (Arizaga, 2010).
El deterioro cognitivo es una identidad patológica, donde ocurre una declinación exclusiva de la memoria, también puede tener alteraciones en las funciones mentales como orientación, lenguaje, reconocimiento visual y conducta, sin afectación de las actividades diarias de la vida, la importancia de su diagnóstico precoz es que puede llegar a ser un precursor de demencias como el Alzheimer.
El deterioro cognitivo cada vez tiene una gran incidencia con la edad avanzada. Algunos factores que se han estudiado como la edad, sexo, bajo nivel educativo, la herencia, enfermedades vasculares, mala calidad del estilo de vida, entre otros, facilitan en las personas un deterioro cognitivo precoz.
El objetivo principal de la presente investigación es plantear la importancia de identificar los factores de riesgo que predisponen al adulto mayor a deterioro cognitivo leve, para detectarlo tempranamente. Para ello es necesario hacer una análisis acerca de la edad, sexo, nivel educativo (en años), antecedentes patológicos personales (diabetes mellitus, hipertensión arterial, hiperlipidemias) estilos de vida diaria no saludables (tabaquismo, horas de sueño, alcoholismo, sedentarismo) y actividades cognitivas diarias (recreativas y de aprendizaje), haciendo una relación de estos factores encontrados con la calificación del test Montreal Cognitive Assesment (MoCA), para determinar el deterioro cognitivo en adultos mayores de 65 años, realizándose en el municipio de Amatitlán, Departamento de Guatemala, y de esta forma fomentar estrategias encaminadas a la prevención con el fin de retardar el proceso a etapas más avanzadas donde el daño podría ser irreversible e incapacitar a las personas en sus funciones básicas.