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Las habilidades motoras no se desarrollan de manera aislada. Las habilidades que surgen en la segunda infancia, de tres a seis años, se forman sobre los logros de la lactancia y primera infancia, de cero a tres años.
La motricidad es la estrecha relación que existe entre los movimientos, el desarrollo psíquico y desarrollo del ser humano.
Siendo la práctica continua de actividades motoras importantes para el desarrollo del niño en la edad comprendida entre dos y cuatro años, una etapa en la cual se logran avances significativos como gatear, saltar, correr, rodar, lanzar objetos, marchar, realizar maromas y patear entre otras, destrezas que serán fundamentales para el desarrollo y desenvolvimiento académico.
Es importante brindar esas oportunidades que potencialicen su desarrollo, por lo que esta propuesta facilitará a padres y docentes la práctica de actividades que pueden realizar los niños, ya que son estos sujetos quienes les ofrecen o no las oportunidades de movimiento necesarias para su edad y que les beneficiará no solo en su desarrollo psicomotor sino para desarrollar habilidades cognitivas y afectivo-sociales, así como posteriores aprendizajes, que se verán reflejados en su vida de adulto. |
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